Antes de mi primer contacto con la Comunicación Animal mi escepticismo era tan grande como el de cualquiera que pueda estar leyendo estas líneas. Solamente era superado por la esperanza de que el milagro de hablar con un animal no humano fuese posible. Cuando una persona que acababa de conocer - quien ignoraba absolutamente todo sobre mí, mi entorno y los animales con los que convivo - me dio detalles sobre mi casa, las actividades que realizamos, utilizando incluso términos que para esa persona no eran habituales pero que utilizamos corrientemente en mi familia... obteniendo toda esa información mediante la conversación que había tenido con uno de los animales con los que comparto la vida, me convertí en creyente.
La Comunicación Animal- también llamada Comunicación Telepática Interespecies o Comunicación Intuitiva- es el proceso de comunicar telepáticamente con los animales. La telepatía es la habilidad de transmitir y recibir mensajes mediante pensamientos, sentimientos, imágenes, emociones, sensaciones, sonidos, etc. Todos los seres tienen la habilidad de comunicarse telepáticamente con los demás, de cualquier especie. Un ejemplo de comunicación telepática es cuando usted está pensando en un amigo y en ese instante éste le llama por teléfono; se ha producido una conexión entre ambos a nivel energético, telepático. También cuando sabemos como se encuentra alguien física o emocionalmente, incluso sin estar con esa persona, o cada vez que decimos “Tengo el presentimiento ...”, en realidad lo que estamos diciendo es que hemos recibido una impresión intuitiva sobre algo.
La convivencia con animales nos permite conocer la experiencia de una relación definida por el amor y la lealtad incondicionales. La comunicación animal nos ayuda a expandir nuestro conocimiento y nuestra conexión con ellos, enriqueciendo nuestra relación y mejorando el vínculo con los animales. Reconocer la esencia espiritual de los animales y respetarles como a iguales es fundamental para fomentar una relación armoniosa.
Entender los mensajes de los animales es una habilidad innata, es decir, hemos nacido con ella. Es algo que todo el mundo puede hacer. De hecho, usted ya sabe hacerlo; aunque quizá no sepa que lo sabe. Permítame asegurarle que usted puede comunicarse con los animales. Todos podemos. Ya lo hemos hecho. Los niños hablan con los animales, pero dejan de hacerlo cuando sus padres les regañan por tener “demasiada imaginación”. Para recuperar esta habilidad atrofiada, solamente se necesita seguir unas sencillas instrucciones y practicar.
El primer paso para comunicar con los animales es situarnos en el ahora. Implica tener un espíritu tranquilo y una mente en silencio, manteniendo el estado de alerta. Si su mente está ocupada, llena de interferencias, no queda espacio para la recepción. Mantener una práctica de meditación diaria es un modo de cultivar una mente tranquila y pacífica que mejorará nuestras habilidades de comunicación. Para recibir y transmitir mensajes de modo claro y preciso es necesario estar relajado y plenamente presente. Como en cualquier comunicación, es fundamental ser un buen oyente, 
libre de juicios y expectativas. Por ejemplo, si le pregunta al perro con el que vive cómo está y la respuesta que recibe es “No muy bien”, acéptela como verdadera, sin dejar que se contagie con su propia opinión de cuál debería ser la respuesta “No puede estar mal, ha comido bien, tiene el pelo brillante, le cuido mejor que nadie...”
Su actitud hacia los animales influye igualmente en su comunicación. Es muy importante reconocer a los animales como a iguales, con su propia inteligencia, emociones y conocimiento. Respetarles como son, y ver más allá de su forma física. Admirar sus cualidades espirituales. Estar dispuesto a aprender nuevas ideas. Cuando estamos abiertos a recibir conocimiento de los animales, podemos aprender mucho de ellos. Permita que los animales le enseñen.
Permanezca abierto y receptivo a lo que pueda llegar, de cualquier modo en que reciba la información. Puede ser que le llegue en forma de imágenes, impresiones, pensamientos, sentimientos, mensajes verbales, sonidos, convicción de saber u otras sensaciones. Con el tiempo se familiarizará con la forma con la que recibe la información. Acepte el modo en el que usted recibe los mensajes. La mayoría de la gente tiene un canal sensitivo dominante. Mientras unos ven imágenes, otros oyen mensajes y otros tienen un sentido profundo de saber. No hay un modo correcto o incorrecto. Acepte y respete sus habilidades intuitivas y disfrute del proceso según se desarrolle.
Este artículo no es un curso de comunicación animal, pero no queremos terminarlo sin dar unas sencillas explicaciones del método para que usted pueda tener una primera experiencia de comunicación.
La comunicación telepática no necesita la presencia física de ambos interlocutores, sin embargo, algunas personas encuentran más fácil - al menos, al principio -, conectar con un animal que esté a su lado. Hay quienes prefieren conectar con los ojos cerrados, a otros les gusta mirar al animal que está cerca o a una fotografía de un animal. Repetimos: no hay forma correcta o incorrecta; el modo que mejor funcione para usted es el que debe seguir.
El primer paso es solicitar al animal permiso para comunicar con él. Cuando usted se encuentre tranquilo, presente, calmado, relajado y alerta, indíquele que está usted aprendiendo a comunicarse. Sea humilde y solicite su ayuda. Envíe un mensaje de saludo. Espere una respuesta. Para recibir una respuesta, es imprescindible una actitud de escucha, igual que en la comunicación entre humanos, no podemos escuchar y entender qué nos dice alguien si estamos pensando en otra cosa mientras nos hablan. Relájese. 
Disfrute de la actividad, del momento que está compartiendo con un animal no humano. Si en algún momento su mente se llena de pensamientos, reenfoque su atención, concéntrese en su respiración, relájese, esté presente, centrado y comience de nuevo. Cuando esté preparado pregúntele algo sencillo, quizá qué tal se encuentra. Relájese. Esté abierto y receptivo a lo que pueda llegar a su mente. Recuerde que la recepción de mensajes puede producirse de muchas formas: sonidos, imágenes, sensaciones, sentimientos, certeza de saber, o cualquier otro modo. Puede variar según los animales o las ocasiones. Reconozca y acepte cualquier forma en la que le llegue el mensaje. Agradezca al animal por su comunicación. Continúe enviando y recibiendo mensajes, como en cualquier conversación. Es muy sencillo, resista la tentación de analizar, evaluar o criticar; deje que los mensajes se revelen con naturalidad. Cuando desee terminar la comunicación, dígaselo al animal y siempre dele las gracias por comunicar con usted.
Si todavía no confía en sus habilidades de comunicación, le aconsejamos que contrate los servicios de un comunicador animal. Sus tarifas no suelen ser excesivas, y los beneficios que nos puede traer una consulta nos pueden incluso ahorrar dinero y preocupaciones.
¿Cómo nos puede ayudar un comunicador animal?
· Si el animal con el que vive se ha perdido un comunicador puede ayudar a localizarle.
· Problemas de conducta (agresión, marcado de la casa, ansiedad por separación...)
· Colaboración con veterinarios (averiguando dolores escondidos, investigando sobre síntomas que no se corresponden con los resultados de los análisis...)
· Mejora de la convivencia (sabremos qué alimentos, situaciones, personas, etc. les gusta o molesta)
Desde estas páginas le animamos a que se acerque al fascinante mundo de la comunicación animal. Cambiará su vida.
Si quiere mejorar sus habilidades en la Comunicación Animal, le aconsejamos se dirija a nuestra página Prácticas.
Agradecemos a Rocío Puche - Comunicadora Animal y Veterinaria - su ayuda en la elaboración de este artículo. Puede contactar con ella en www.elnahual.es
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